Los cabellos son esencialmente una estructura compuesta por proteínas: queratina y melanina son las principales. Algunos hilos del cabello son rubios, otros son negros o, aún, ruidos y otros tonos intermediarios. La sustancia que hace que las tonalidades varíen de uno para otro es la melanina. A respecto de la estructura, algunos hilos son lisos, otros ondulados o crespos. La sustancia que define el tipo de estructura capilar es la queratina.
La forma en que la queratina se deposita en la corteza capilar define la estructura que este hilo tendrá. Así, la estructura capilar es un factor genéticamente definido: si sus padres, sus abuelos y sus otros antecedentes han tenido cabellos lisos, usted tiene grandes posibilidades de tenerlos lisos también. Si, por otro lado, alguno de ellos ha tenido un pelo rizado, la probabilidad de que su cabello también crezca rizado aumenta, aunque esto no sea una regla absoluta. En una investigación reciente, los científicos descubrieron que el gen responsable del formato del pelo es el trichohyalin y él es dominante: un padre de pelo liso y una madre de pelo crespo (o viceversa) tendrán probablemente un hijo o más hijos de pelo rizado.
También sobre el papel de la queratina en el hilo rizado, se distribuye en la corteza capilar de forma elipsoide (fuera de la elipse). Esto quiere decir que hay una cantidad mayor de queratina alrededor del hilo, por los laterales, y menos queratina en el centro de la estructura del cabello. Es decir, el hilo crespo es casi hueco en su capa interna.
Esta forma curiosa de depósito de la queratina en el cabello no influye sólo en el visual, dejándolo más o menos rizado, como también influye en su fragilidad. Sí, pues como en el centro de la estructura hay poca queratina, el hilo es más propenso a la quiebra. Por lo tanto, los hilos crespos piden el doble de cuidados si se comparan con las otras estructuras capilares: hidrataciones frecuentes, manejo delicado, champús especiales con poco sulfato, entre otros.
El cuidado con la química es una alerta especial a más: debido a esta estructura más frágil de los cabellos rizados, la química aplicada sobre ellos tiene un potencial enorme de causar daños. Es necesario proteger los hilos de todas las formas antes de cualquier procedimiento. Para hacer un alisamiento, por ejemplo, es necesario cambiar la distribución de la queratina dentro de la corteza abriéndose bien la cutícula del cabello para que la química actúe internamente a punto de alterar su estructura. Por último, estas cutículas deben estar debidamente cerradas. Si en el momento del alisamiento saltase algún paso, el daño puede ser irreversible a los cabellos rizados.